
- Entre “hacer” y “no hacer” escoge hacer. Si te equivocas tendrías al menos la experiencia.
- Escucha más a tu intuición que a tu razón.
- Realiza algún sueño infantil.
- No hay alivio más grande que comenzar a ser lo que es. No estamos en el mundo para realizar los sueños de nuestros padres, sino los propios. Si eres cantante y no abogado como tu padre, abandona la carrera de leyes y graba tu disco.
- Deja de criticar a tu cuerpo. Acéptalo tal cual es sin preocuparte de la mirada ajena. No te aman porque eres bella(o). Eres bella(o) porque te aman.
- Una vez por semana, enseña gratis a los otros lo poco o mucho que sabes. “Lo que les das, te lo das. Lo que no das, te lo quitas”.
- Busca todos los días en el diario una noticia positiva. Es difícil encontrarla. Pero, en medio de los acontecimientos nefastos, siempre, de manera casi imperceptible, hay una.
- Aunque tengas una familia numerosa, otórgate un territorio personal donde nadie pueda entrar sin tu permiso.
- Cesa de definirte: concédete todas las posibilidades de ser, cambia de caminos cuantas veces sea necesario.
- Si tus padres abusaron de ti cuando pequeño(a), confróntate calmadamente con ellos, en un lugar neutro que no sea su territorio, desarrollando cuatro aspectos: “Esto es lo que me hicieron. Esto es lo que yo sentí. Esto es lo que por causa de aquello ahora sufro. Y ésta es la reparación que pido”. EL PERDÓN SIN REPARACIÓN NO SIRVE.
Alejandro Jodorowsky